El whisky es una bebida muy recurrente en el cine. Todo aquel que tiene un problema y necesita ahogar sus penas coge un vaso, echa o no hielo y se sirve un buen trago de este elixir del olvido. Es el caso de nuestro protagonista llamado Rick Deckard, un nombre que estoy seguro que os suena. Pues aquellos aficionados a beber leche en vasos destinados a beber alcohol, frikis de los replicantes y de los test de Turing, que sepan que ha llegado un nuevo regalo dispuesto a romper esquemas. Os presentamos el vaso de whisky de Blade Runner.
Seguro que muchos conocéis la famosa novela llamada ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? aunque bautizada por los frikis con el mismo nombre de la película, escrita por Philip K. Dick (bonito nombre). Para quienes no lo conozcan, todo se desenvuelve en un mundo futurista ficticio donde los paraguas tienen el eje brillante como nuestro regalo friki y que convive con replicantes, unos robots humanoides que realizan diversas tareas como visitar ambientes no respirables, pisar planetas inhabitables y cosas que nunca nos imaginaríamos. La misión de Harrison Ford, actor que encarna al detective Rick Deckard, es buscar a 4 replicantes fuera de control. He de decir que la historia original escrita discrepa un poco con la película dirigida por Ridley Scott.
Después de una extensa y poco clara introducción a la historia y el universo cyberpunk en el que se desenvuelve nuestro test de Turing moderno, lo que nos interesa ahora es describir un poco el vaso de whisky que os hemos traído. Se trata de un vaso con forma elegante y un vidrio sólido con el centro de gravedad bajo ya que el culo del vaso es muy pesado. Ideal para frikis del universo Blade Runner y quienes sueñen con hacer test de empatía a un robot del futuro. Si os veis lo suficientemente valientes para mezclar dos universos frikis, podéis echaros una bebida fresquita con la cubitera con forma de la Estrella de la Muerte de Star Wars, así haréis un combo de dos hits y estaréis a la altura de muchos y muy famosos tipos duros que ahogan sus penas en un colacao fresquito.
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