¿Qué friki de Harry Potter no se ha imaginado alguna vez a sí mismo entrando en la tienda de Ollivanders para comprar una varita mágica por siete galeones? Quién no lo haya hecho, no debería de considerarse a sí mismo un verdadero fan de esta saga literaria. Siete galeones es un precio barato para algo que te durará hasta que te mueras/te la roben/la rompas/la pierdas, ¿verdad? Quién conservó su varita toda su vida fue Sirius Black.
La varita de Sirius, el mejor amigo de James Potter y el padrino de Harry, es de roble, mide 28 cm y tiene un núcleo de fibra de corazón de dragón. Y la conservó hasta el día que en que murió, cayendo por el arco de la Muerte en el Departamento de Misterios, durante la batalla en el Ministerio de Magia. Se dice de las varitas de roble, considerado el Rey del bosque desde el solsticio de invierno hasta el solsticio de verano, que son buenas compañeras tanto durante los buenos tiempos como en los malos, por lo que buscan a dueños que sean leales como ellas, además de fuertes y de valientes. La definición perfecta de las cualidades más destacadas de casi todos los alumnos de Gryffindor, casa a la que perteneció Sirius. También se dice que los propietarios de las varitas de roble suelen tener una buena intuición además de una fuerte afinidad con la magia de la tierra y la naturaleza, aunque no siempre han de cumplirse esos requisitos.
En el caso de Sirius, siempre fue leal a sus amigos incluso cuando todo el mundo dudaba de él, y valiente como el que más. Tal vez demasiado, y su temeridad le metió en muchos problemas a lo largo de su vida. Un bonito y original regalo, una réplica fabricada en cerámica, para cualquier «harrypotterino» que se precie y que además sea fan incondicional, como lo soy yo, de Sirius Black.
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