Los mensajes ya no tienen la misma emoción que tenían hace años, cuando la gente se comunicaba por carta y no por sms, e-mails o llamadas telefónicas. Admito que todos estos avances son enormemente útiles e inmediatos, pero no tienen nada que ver con el espíritu romántico de las cartas a papel y en sobre, ni conllevan la emoción y la impaciencia que le invadían a uno cuando esperaba una. Por eso, y de forma aún más rudimentaria para aquellos nostálgicos hasta la médula, os presentamos Talla tu propia postal.
No todo el frikismo tiene que verse orientado hacia el extremo geek, sino que también puede ser al revés y que seas un fanático de las antiguallas. Si es así, si tienes alma de medievalista, te encantará el original invento de Talla tu propia postal. Serás el crack número 1 cuando la uses para felicitar a alguien durante una ocasión especial o regalándosela a un amigo con cualquier excusa, sorprendiendo a todo el mundo con algo inesperado y novedoso. La postal es de madera ligera y estará vacía cuando la recibas para que puedas dibujar o tallar en ella lo que te de la gana. Podrás recrearte pensando que has regresado a la edad de piedra y que tú, carvernícola friki, dejarás grabados que más tarde intrigarán al resto de la humanidad, sustituyendo la piedra por una lámina de madera y los punzones para materiales duros por cualquier objeto con punta metálica que tengas en casa. Incluso puedes darle un uso más a tu llave multiusos y servirte de ella.
También puedes hacer los surcos muy profundos, llenarlos de tinta y convertir tu postal en una placa de grabado primitiva o en un sello peculiar. Dale al coco, ponte manos a la obra y retoma las buenas costumbres del ayer para impresionar. Y mándame a mí una cuando lo hagas, porque yo sigo siendo una enamorada friki de las cartas de antaño y no me avergüenzo de ello en absoluto.
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