A todos nos gusta el olor del limón, o prácticamente a casi todos, pero a ninguno nos gusta aguantar el olor que dejan después de exprimirlo. Es algo que se queda perenne en la mano hasta 2 días y que llega un momento en el que no lo soportas, e incluso marea. De quién fue la idea de comerse el pescado frito con un poco de limón por encima, o quién tuvo la genial idea de echarle un poco a la paella. No maldigas en mano si existe una solución friki al problema. Después de una pequeña investigación de campo en la que conseguí reunir muchos datos, la solución más óptima es el pulverizador friki de limones.
Gadget único donde lo haya y seguro que más de uno estará llorando por este descubrimiento (yo no). Es perfecto para frikis aficionados a la cocina o que les guste aderezar las comidas con algo de limón sin echar en exceso y repartido uniformemente. Su forma de uso es muy simple y práctico: tendréis que darle un corte en la punta del limón, luego introducir la hélice dentro y finalmente darle el uso sobre la comida o bebida que más os apetezca.
Evidentemente, aunque digamos que es para limón, lo podéis usar con limas, naranjas y todo tipo de fruta cítrica. Conseguiréis pasteles con una cobertura de chocolate bañada en jugo de naranja riquísima, o incluso un mojito salvaje que conseguirá emborrachar hasta al más complicado de vuestros amigos.
Los usos, como podéis ver, son tan variados que no hay nada escrito, así que si le dais un poco al coco encontraréis más utilidades que nosotros pasamos por alto. Para ayudaros en vuestros quehaceres cocineros, además del pulverizador, os recomendamos este molde con forma de perrito de globo y también os recomendamos que no uséis el limón como perfume: echadlo sobre las comidas o bebidas que os guste. Y a celebrarlo con un baile de mierda
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