El Hobbit, un viaje inesperado, ha puesto por fin cara a muchos de los personajes que nos hemos imaginado mil veces leyendo las mágicas palabras de Tolkien y esas historias suyas llenas de aventuras que han marcado nuestras vidas. Verlos en la gran pantalla ha sido todo un acontecimiento digno de recordar, y… ¿qué mejor forma de recordar a sus personajes protagonistas más carismáticos que una colección de peluches? Os presentamos los cinco peluches de El Hobbit.

Peluche Bilbo, El Hobbit

Peluche Bilbo, El Hobbit

Bilbo Bolsón, el hobbit más extraño que haya visto la Comarca, excepto quizá por su sobrino Frodo… que recorrió la Tierra Media para destruir el Anillo único. Aunque ya habíamos visto antes a Bilbo en El Señor de los Anillos, en El Hobbit sale con unos cuantos años de menos y una primera reticencia a abandonar su cómodo agujero y todos los lujos de los que dispone, que finalmente desaparece cuando su sangre reclama un poquito de acción. Bilbo no sólo acaba sorprendiendo a sus compañeros, sino también, y sobre todo, a sí mismo…

Peluche Thorin, El Hobbit

Peluche Thorin, El Hobbit

Thorin, hijo de Thàin y nieto de Thòr, es un príncipe enano dispuesto a darlo todo por recuperar para su pueblo el antiguo reino de su padre, en la Montaña Solitaria. Poco le importa que su compañía sea pequeña, puesto que el valor y la determinación de todos sus miembros son inquebrantables. Arriesgarán todo lo que puedan arriesgar para derrotar al dragón Smaug y quedarse con el inmenso tesoro y el reino en ruinas. No descansará en paz hasta ver cumplido su objetivo, incluso si en el camino acaba encontrando la muerte.

Peluche Gandalf, El Hobbit

Peluche Gandalf, El Hobbit

Gandalf tiene un olfato increíble para las aventuras, puesto que siempre aparece en medio de toda concentración de problemas. Con el rostro oculto a medias por la barba gris y por su sombrero, encontrártelo en tu puerta sólo puede significar una cosa: tal y como dice el nombre de la película, un viaje inesperado. Pero dejando a un lado su gusto por el reclutamiento, su verdadera especialidad es desaparecer cuando las cosas se ponen feas y regresar en el momento justo en el que piensas que los personajes están a punto de palmarla. Su motivación para actuar de la forma en que lo hace sigue siendo un auténtico misterio.

Peluche Gollum, El Hobbit

Peluche Gollum, El Hobbit

A Gollum también lo habíamos visto ya, aunque en El Hobbit no está tan demacrado ni tan desesperado como en El Señor de los Anillos. Vive feliz en su gruta, con su tesoro, cazando peces y cantando canciones inventadas. Pero ni sus habilidades en la pesca ni su colección de acertijos le sirven para poder zamparse a Bilbo cuando este acaba por desgracia en sus dominios. Y no sólo es un buen bocado de carne hobbit tierna y jugosa lo que se pierde, porque además Bilbo acaba robándole su más preciada posesión… un anillo dorado, tentador e irresistible.

Peluche Rey Goblin, El Hobbit

Peluche Rey Goblin, El Hobbit

El Rey Goblin impresiona por dos cosas: su gran tamaño y el gran tamaño de sus múltiples papadas y su prominente barriga. Sin embargo, su piedad no es demasiado popular. Y en cuanto caen en su reino un puñado de enanos de los que sacar partido, empieza a buscar el mejor modo de obtener un beneficio, porque su ambición sólo es comparable a su voraz apetito. ¿Se lo muy pondrán difícil sus «invitados» en su huida hacia la libertad?

Elige el que más te guste de estos peluches (o no lo elijas, si es que te gustan todos) y hazles un hueco en tu dormitorio para que te contagien su espíritu aventurero.


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