Sol, verano, playa, helados… palas y muchas pelotas para jugar en la arena. Sencillamente es el paraíso de cualquier persona normal que se precie y, por supuesto, cualquier némesis para cualquier frikicillo que a lo único que quiera dedicar su tiempo sea jugando League of Legends o haciendo una auténtica maratón de videojuegos que aún no ha probado. Pero hoy os traemos una razón de sobra para ir a la piscina con la cabeza bien alta como guerrero espartano, y es la pelota inflable gigante.
Escuchar Radio Espantoso a las ocho de la tarde en un día de verano acompañado de la sinfonía clásica de Avast nº 5 titulada comúnmente como «La base de datos de virus ha sido actualizada» suena realmente tentador, de hecho, se asimila mucho al sueño ideal que muchos tenemos del verano de Regalos Frikis, las vacaciones de estío de nuestras vidas, casi como el sueño de una noche de bodas magnífica. Todo esto suele romperse en pedazos cuando tu madre te obliga a desenchufar tu ordenador de mesa y te sugiere mediante una orden indirecta pasar un rato con tus primos bajo el aplastante sol acompañado de un Poloflash y tu fantástico bañador de gladiador.
Sabemos lo insufrible que puede ser dejar pasar las horas, tostarse en la arena e intentar amenizar toda la tarde mediante una larga y kilométrica siesta que podría confundirse perfectamente con un intento fallido de hibernación. Por eso mismo os traemos la forma más original de romper las barreras de la monotonía en la playa con una pedazo de pelota gigante con la que podrás grabar tu propia escena casera de Indiana Jones perseguido por pelotas frikis o montar una liga de fútbol entre colosos. Es 475 veces más grande que una pelota normal, está hecha de plástico duro, viene con un kit de urgencias ante cualquier pinchazo y tiene hasta casi dos metros de diámetro. Francamente, ¡a estas alturas no se qué hacéis aún sin una!
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