Aunque nos neguemos a admitirlo, a todos nos gusta mucho un buen día de lluvia. Es la oportunidad para quedarnos en casa, arropados en el brasero, con una manta por encima y viendo nuestra película favorita. No es lo mismo si fuera no esta cayendo un tormentazo. También podemos aprovechar esos días para salir a la calle a correr bajo la lluvia y sentir como las pequeñas gotas nos van mojando lentamente el pelo y la cara. Sin embargo, la lluvia no siempre es bien recibida, ya que si tenemos que ir a trabajar o si nos pilla en mitad de la ciudad sin nuestro paraguas mágico a mano, nos va a sentar fatal que aparezca dispuesta a mojarnos.
Cuando pensáis en un día lluvioso, inmediatamente os imagináis un cielo lleno de nubes grises descargando toda su tristeza contenida. Pero no podéis consentir que esa pena se apodere de vosotros, lo que tenéis que hacer es salir fuera y llenarlo todo de color y alegría con vuestro paraguas mágico. Seguro que todos tenéis más de un paraguas en vuestra casa, pero ninguno de ellos es capaz de cambiar cuando la lluvia lo toca.
Todo empezó en Hogwarts, donde los gemelos Weasley creando artículos de broma hechizaron un simple paraguas con dibujos en 4 de sus 8 caras. Debido a una serie de desgraciadas desdichas, este objeto ha llegado al mundo muggle dispuesto a volverlo todo del revés, ya que en los días más grises los dibujos pasarán del color blanco al rojo, azul, amarillo… llenándolo todo con colores alegres.
Los rayos solares son cada vez más peligrosos y perjudiciales para vuestra salud. Incluso con crema del factor 50 podéis estar en peligro de sufrir una gran quemadura y convertiros en auténticas gambas. Por ello no sólo podréis usar el paraguas en los días de lluvia, sino que cuando vayáis a tener que pasar unas cuantas horas bajo el sol cegador del verano, jugando con vuestra arena de playa artificial, también os será muy útil.
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