Pasas por la calle en un día de verano con calor leve y encuentras en uno de los puestecillos montados en la calle una fila de ellos. Te preguntas «quiero uno» pero te da palo pararte. Es más, tampoco tienes un duro y decides dejarlo para un futuro. Un futuro incierto que acaba convirtiéndose en presente y te das cuenta de que tu vida dejó de tener sentido en el mismo momento en que dejaste escapar la oportunidad de adquirir uno. Si, uno, ese masajeador capilar o llamado comúnmente orgasmatrón.

Masajeador Capilar

Masajeador Capilar

Lo vuelves a ver en una inesperada visita a casa de la tía abuela que dejaste de ver hace años, colocado en una pequeña mesita del salón, al lado de la tele ¿Qué demonios hace mi tía con tal cosa? Te preguntas. Te contestan que es para los primos que cuando vienen le gusta jugar con eso. Claro, ahora todo encaja, pero lo que mejor y más claro se ve es tu rostro de culpabilidad al no haber adquirido tal masajeador el buen día que lo viste modestamente en un puestecito de la calle.

Ahora no te tendrás que preocupar, ya que lo tienes al alcance de tu mano para conseguirlo cuando quieras. El masajeador capilar u orgasmatron será ideal para cuando estés aburrido, te hayas duchado o puesto en remojo y sigas con una apatía que no te la quita nadie. Sólo tendrás que llamarle la atención a tu madre como si estuvieses desfallecido y tuviese que venir el de Esparrajos Carretilla a recogerte para que haga el amago de hacerte masajitos en la cabeza. Si por desgracias de la vida tu madre ya está acostumbrada y pasa de ti siempre puedes pillarte una almohada collarín masaje, que te desaburre, te hace dormir y además te quita las molestias del cuello.


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