Cuando el calor acecha, lo que apetece es o no salir de casa o hacer planes fresquitos. Siempre que nos es posible, salimos a la playa o a la piscina. Pero cuando esos planes están descartados por las razones que sean, ¿nos morimos de calor? ¿esperamos la muerte de una forma digna o combatimos? Yo soy de los que prefieren combatir hasta la muerte, así al menos no se dirá que no lo intentara. Por eso, un nuevo remedio friki para darle sabor a nuestras vidas es la máquina de helados retro.
Lo primero que se me viene a la cabeza es crear helados de sabores muy raros y cuanto más, mejor. Qué me decís de un helado sabor bacon con sirope de manzana y queso rallado. Dicho así suena raro porque es un helado, pero si lo pensáis, a aquellos que les gusten los ingredientes, es un plato apetitoso e igual nuestras arterias sufren un rato, pero no se puede rechazar una oferta así. Pues ahora podréis hacerlo en vuestra casa. Yo lo intentaré.
La máquina de helados retro también sirve para hacer granizados, así que tendréis otra fuente de inspiración para crear sabores únicos. Es una máquina fácil de limpiar y tiene un pequeño pitorro con el que facilitaréis la salida de producto sin manchar ni desperdiciar, a no ser que pongáis algún gas a propulsión y queráis llenar la cocina de helado (ojo, no es un buen método para refrigerar la casa). Sacad el disfraz de chef inflable que tenéis en la cocina y dad rienda suelta a vuestra imaginación, que me costa que no es poca. A disfrutar de helados originales y, a la par pero no incompatibles, retros. No os olvidéis de probar también cucuruchos, que seguro que salen ricos, ricos (y con fundamento).
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