Adivina, adivinanza… ¿quién está escribiendo el artículo de hoy? El tonto de las luces. Ese soy yo, orgulloso de vivir rodeado de luces cambiantes, duchas con relajante iluminación de spa y grifos multicolor. Hoy volvemos a hablar de más luces, como es ritual cada cierto tiempo, y esta vez con una lámpara de las que molan de verdad. Se trata de un regalo friki único en su especie y sólo válido para aquellos que verdaderamente sienten los cambios de tonalidad como nadie. Os presento uno de los hallazgos que más me maravillaron y que tanto tiempo pasé buscando sin éxito hasta hoy; la lámpara de fibra óptica.

Lámpara de fibra óptica

Lámpara de fibra óptica

Para quienes no conozcan las propiedades de la fibra óptica como medio de transferencia, ya sea de datos o de luz, consiste en un haz de lo que sea que atraviesa toda la fibra a base de refracciones a una velocidad increíble. De esta forma conseguimos que la luz se manifieste al final de la fibra sin perder sus propiedades. Esto mismo ocurre con un chorro de agua y un láser. Lo que ocurre es que si apuntas con el láser justo al principio de la trayectoria del chorro, la luz seguirá la misma ruta sin desviarse. Así funcionan los cables de fibra óptica, y con el Internet ocurre lo mismo, sólo que los datos viajan casi a la velocidad de la luz.

Después de, quizás, tan penosa explicación, cuando encendéis la lámpara de fibra óptica, ésta se iluminará sólo por las puntas. Da un efecto visual muy bonito y es perfecto para los frikis de la luz LED, ya que sus bombillas son la leche.

Así pues, no perdáis la oportunidad de completar vuestra colección de frikadas iluminadas con esta o cualquiera de las otras lámparas frikis que ya os hemos enseñado. Recordad que para dominar el mundo hay que estar iluminados… ¡PODEMOS!


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