La mayoría de los niños se preguntan en el patio del colegio que para que les van a servir las matemáticas. No pongáis caras raras, porque seguro que os ha pasado a vosotros también. Estudiar algo por obligación siempre cuesta  mucho y más si el profesor te tiene manía o si no hay forma de entenderlo.  Por ello, intentamos buscar una utilidad que nos motive a seguir luchando por aprobar. Pues la respuesta al enigma del porque estudiamos matemáticas, es para conseguir ganar al juego de mesa Piko Piko.

Juego de mesa Piko Piko

Juego de mesa Piko Piko

Al abrir la caja de este juego de mesa, saldrá volando un polvo extraño que os rodeará. Como si se tratase de una tumba de un faraón antiguo. Ese misterioso polvo os irá transformando en unos hambrientos pollos dispuestos a devorar la mayor cantidad de gusanos posibles. Para ello, disponéis de 16 fichas con números azules que van desde el 21 al 36 y en cada ficha encontraréis gusanos hasta un máximo de 4.

Con la ayuda de la suerte, de vuestra capacidad para sumar y de los resultados de los 8 dados, deberéis ir seleccionando en cada tirada un número (según los que aparezcan en los dados). De forma que iréis sumando dichos números (los gusanos cuentan como 5) hasta que lleguéis al número de una de las fichas que haya sobre la mesa o que tengan vuestros pollos rivales. En ese momento os abalanzáis sobre dicha ficha y la colocáis en la cabeza de vuestra pila de gusanos recogidos. El juego termina cuando no haya más fichas disponibles para coger en la mesa. El ganador será el pollo que haya conseguido devorar una cantidad superior de gusanos.

Sin la ayuda de las matemáticas y de la lógica que éstas os han ayudado a conseguir, sería imposible jugar al Piko Piko. Por lo que, no deis de lado a los números en vuestra vida y disfrutad de las ecuaciones de este reloj de pared.


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