Hay juegos de mesa que marcaron un antes y un después en nuestras vidas. Un claro ejemplo es el Monopoly, que consigue sacar una persona totalmente falta de sentimientos que lucha por comprar tantas propiedades como pueda para después disfrutar arruinando a sus compañeros de juego. Este tipo de cosas ya nos las avisaron cuando éramos pequeños y vimos la película de Jumanji en la que aprendimos que hay que tener cuidado con los juegos de mesa, alejarse de los tambores que resuenan dentro de cajas y a no perder nunca los dados de vista. Sin embargo, aun hay algunos valientes sueltos por el mundo que son capaces de jugar una partida al juego de Jumanji y dormir tranquilamente por las noches.
Todas las personas que habéis visto la película donde el protagonista era este juego, habéis pasado por diversas fases. La primera fase es el miedo, miedo a encontrar el juego en el desván de vuestra casa y que todo el mundo se desvanezca y os adentréis en la jungla hasta que otra persona saque un 4 o u 5. La segunda fase es la de aceptación, es la fase en la que reconocéis que es solo un juego de mesa y que es imposible que todas las cosas que se ven en la película puedan ser reales. Y esto os lleva a la última y más importante de las fases: las ganas de jugar.
Pues para todos aquellos jugones que llevan años con ganas de probar el juego de Jumanji, ha llegado su hora. Lo primero que tendréis que hacer es elegir que color queréis ser: azul, rojo, verde, amarillo. Vuestro objetivo será salir desde vuestra correspondiente esquina y sortear todos los obstáculos para llegar los primeros al centro del tablero. Para ello, dependeréis de las tiradas de los dados, del reloj de arena y de las peligrosas cartas.
Tened cuidado, ya que una vez que empecéis la partida no podréis dejarla a medias, tendréis que llegar hasta el fin. Como consejo personal, antes de jugar prepararos para todo lo que pueda ocurrir, si hace falta leer cientos de libros que os ayuden a sobrevivir dentro de la jungla o en un holocausto zombie.
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