Tú, friki de los puzzles, si sufres robos frecuentes o atentados contra tus cerditos de cerámica que albergan tus bienes más preciados (como dineros u otras cosas), ha llegado el momento de desafiar intelectualmente a tu hermano-ladrón y por tu seguridad, quitar los martillos de la vista. Yo, campeón entre los campeones (vuelve a llover flores…), quiero hacerte una recomendación, y no se trata de una espada láser como llavero, ya que no servirá para cortarle las manos a tu archi-enemigo. Quiero darte a conocer la solución a todos los hurtos que has sufrido… ¡¡una hucha laberinto!!

Hucha laberinto

Hucha laberinto

¿Pero esto qué es? ¿¡PERO ESTO QUÉ EEEES?! (como diría Matías Prats). Pues esto, dicho con palabras más coloquiales, es joderle los planes al ser que osa robarte. Qué le costará buscarse la vida para ganar pasta… que le quite el dinero a tu madre pero a tí no, que si eres estudiante ese cerdito que tantas veces ha sido reemplazado es tu única fuente de ingresos y, por supuesto, muy irregular. Pues ahora tienes una hucha laberinto, un regalo muy original que puedes hacerte a ti mismo egoístamente.

Resulta que la hucha laberinto con forma de cubo tiene una única forma de abrirse: debes guiar una bola metálica por un laberinto tortuoso hasta el punto clave para poder abrir la tapadera que protege tu dinero. Esto quiere decir que si no eres lo suficientemente habilidoso, te jodes como Herodes. Recuerda un poco a los puzzles de bolas gigantes, sólo que aquí la bola o llega o llega, no hay más opciones. Así que recuerda que la bola debe llegar sí o sí para poder recuperar tu dinero.  Esto por otro lado es una ventaja porque antes de realizar el cambio del dinero puedes practicar hasta que consigas hacerlo en nivel experto, cosa que tu ladrón personal no podrá hacer. Si eres una víctima más, es hora de ponerle fin.


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