A la hora de cocinar, el horno puede ser uno de nuestros grandes aliados, y seguro que los frikis de los quesos estarán de acuerdo conmigo. El problema viene cuando queremos recuperar nuestros platos de sus ardientes fauces, y muchas veces con las prisas cogemos el plato sin ningún tipo de protección, lo que nos provoca un grito inhumano, con la consecuencia de ver nuestro plato de queso tirado por todo el suelo de la cocina. Sin embargo, las quemaduras de nuestros dedos evitarán que volvamos a olvidar utilizar nuestros guantes de cocina Cool Fingers cuando vayamos a sacar cualquier cosa del horno.
Llevamos una vida que podría llegar a parecer una carrera contrarreloj. Nos pasáis horas trabajando y después tenemos que llegar corriendo a la cocina para preparar la comida en media hora porque por la tarde nos reclaman en otro sitio. Esto Nos lleva a abusar de la capacidad del horno y del microondas para recalentar la comida. Lo bueno es que el resultado obtenido es excelente, sobre todo lo agradecemos cuando nuestras madres, frikis cocineras, nos dejan fiambreras con su comida casera. Lo único que requiere calentar algo es tener cuidado para no quemarnos cuando lo sacamos de Mordor.
Existen muchas formas de solucionar este problema; está la opción de usar trapos de cocina pero siempre terminan quemándose y estropeándose, por lo que tarde o temprano terminaremos cambiando a los guantes de cocina. La ventaja que tienen los Cool Fingers respecto a otros es que éstos se agarran fijamente a la superficie de las fuentes, además protegen los dedos pulgares de los bordes de los platos. Están fabricados con silicona, por lo que no se estropearan fácilmente.
Así que no os lo penséis más y tiraos de cabeza a cocinar todos esos postres con los que siempre habéis soñado. Todo será mucho más fácil si probáis con este molde para macarons y si no os olvidáis de usar los guantes para sacarlo una vez que estén listos.
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