El bolígrafo es uno de los objetos más utilizados a lo largo de todo el ancho mundo y una herramienta casi imprescindible para todos, pero terriblemente poco duradera. Aparte de ser vulnerable al impacto de meteoritos, también lo es a roturas, a heroicas pérdidas en combate, a cambios bruscos de temperatura o disecciones hechas a mala leche. Así que en resumen, podemos decir que la esperanza de vida de un bolígrafo no es muy alta. Y por eso mismo se ha inventado el bolígrafo infinito sin tinta.
No, vuestra miopía degenerativa (por tantas y tantas horas con la cara pegada al ordenador) no os ha impedido leer correctamente. Este bolígrafo es infinito y no tiene tinta. Y os preguntaréis… ¿cómo puñetas es eso posible? Este bolígrafo metálico no tiene tinta porque su punta está hecha de una aleación metálica especial, y conforme escribes con él pequeñas partículas metálicas van depositándose sobre el papel, dejando una marca plateada que se asemeja muchísimo al trazo de un lápiz aunque permanente y anti-emborronamientos. No requiere afilamientos ni recambios, porque lo que es la herramienta ideal para los artistas y dibujantes frikis. Dado que su «tinta» es sólida, tampoco has de temer que se te escapes en grandes cantidades y lo puedes usar del revés. Por desgracia, no tiene GPS incorporado, así que no quieres perderlo tendrás que tener más cuidado del habitual.
Podrás escribir con él en casi cualquier superficie y está disponible en dos formatos distintos: normal y llavero. El normal está disponible en plateado y en negro y el llavero tiene un pequeño tapón y una anilla para engancharlo a donde quieras. Dale un pequeño pero merecido respiro a tu bolígrafo detector de wifi y pásate al bolígrafo infinito, que nunca te dejará en la estacada y que, la larga, te saldrá mucho más económico de lo que imaginas. ¡Adiós a los repuestos!
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